¿Quieres descubrir los 5 mitos de educación viva?

Aún hoy, muchas personas tienen ideas erróneas sobre lo que ocurre en una escuela con enfoque vivo.

Se dice que los niños y las niñas sólo juegan, que no existen límites, que sin libros no pueden aprender, que no se trabajan competencias básicas o que, sin notas, no hay rendimiento.
Pero… ¿qué hay de cierto en todo esto?

En este artículo, destapamos 5 mitos de educación viva muy comunes y te explicamos cómo es realmente el día a día en nuestra escuela. Porque educar desde el respeto, la autonomía y la vivencia no significa renunciar al aprendizaje, sino enriquecerlo.

MITO 1: SÓLO JUEGAN

A veces escuchamos: «Solo juegan…» Pero ¿qué quiere decir realmente jugar?

En la educación viva, no contraponemos el juego al aprendizaje. Porque jugar es aprender. Cuando una criatura juega de manera libre, en un entorno cuidado y rico, está construyendo conocimiento desde dentro, con motivación y sentitdo propio.

El juego no es un premio ni un descanso entre actividades “serias”.

Es el vehículo natural a través del cual los niños:

  • Exploran su entorno y se relacionan con curiosidad.
  • Experimentan con el ensayo y error, desarrollando pensamiento crítico y autonomía.
  • Cultivan la creatividad y la capacidad de imaginar mundos nuevos.
  • Expresan y procesan emociones, sentimientos y vivencias.
  • Aprenden a convivir, a cooperar, a negociar y resolver conflictos reales con otros niños.

Cuando el juego se da en el exterior., en la naturaleza o en espacios abiertos, estos procesos se multiplican. El cuerpo entra en juego, el movimiento es libre, el entorno vivo ofrece estímulos reales e inesperados. Los niñosy las niñas conectan con su vitalidad y, al mismo tiempo, con el respeto por los ciclos y los seres vivos.

En nuestra escuela, creamos las condiciones para que el juego sea libre, vivo y profundamente significativo.. Porque sabemos que no se trata de elegir entre jugar o aprender. Sabemos que jugando, aprenden como vivir.

Como explica el psicólogo del desarrollo David Elkind,

El juego no es un lujo. Es una necesidad.


Porque el juego es una expresión natural del desarrollo humano: a través de él, las criaturas aprenden lo que necesitan para crecer sanos emocional, intelectual y socialmente. Negarles tiempo y espacio para jugar es, en realidad, negarles parte esencial de su infancia.

MITE 2: NO HAY LÍMITES

Uno de los mitos más habituales sobre la educación viva es que “todo vale”, que no hay límites y que las criaturas hacen lo que quieren sin ningun tipo de referencia. La realidad es otra.En nuestra escuela, sí que hay límites, y tienen una función esencial: cuidar.
Cuidar la infancia, la convivencia, los espacios y los vínculos. Los límites no son castigos ni órdenes arbitrarias. Son marcos claros y coherentes que ayudan a crecer con seguridad, respeto y confianza.

Los límites que ponemos:

  • Protegen el bienestar físico y emocional de los niños y las niñas.
  • Dan estructura y contención emocional.
  • Ayudan a las criaturas a entender sus propios límites y ponerlos con respeto.
  • No se basan en el miedo, sino en el diálogo y la comprensión.
  • Fomentan la empatía y la responsabilidad colectiva.

Cuando los límites son claros y humanos, no es necesario imponerlos constantemente. Los niños y las niñas los integran porque tienen sentido, no porque los tengan que obeceder. Los límites, cuando se ponen desde el amor y el respeto, no limitan la libertad, sino que la hacen posible.

Como dice el reconocido pedagogo Janusz Korczak:

Deje al infante experimentar la libertad, pero no la libertad sin límites.

La libertad sin límites no es libertad sino abandono.

MITE 3: Sin libros no aprenden

Uno de los mitos de educación viva más habituales es que, al no existir libros de texto, el alumnado no aprende o lo hace de manera superficial. Pero la realidad es otra.

En nuestra escuela, los libros están ahí, pero no son la única fuente de aprendizaje. Son una herramienta más que llega cuando tiene sentido y responde a una necesidad real.

El aprendizaje, para nosotros:

  • Parte de la curiosidad, experiencia directa y contacto con la realidad.
  • Se construye a partir del significado, no sólo de la memorización.
  • Se convierte en profundo y duradero cuando hay interés genuino.
  • Integra los libros como un valioso recurso, no como una obligación.
  • Los niños y niñas no rechazan los libros; por el contrario, los valoran cuando éstos tienen sentido para ellos.

Cuando el aprendizaje conecta con la vida, los libros llegan solos, como puertas abiertas al conocimiento, no como receptáculos de información a repetir.

MITE 4: NO TRABAJAN COMPETÈNCIAS BÁSICAS

Es un mito de educación viva muy común pensar que nuestro alumnado no trabaja las competencias básicas y que su rendimiento académico es menor que el alumnado de escuelas que siguen una metodología más tradicional.

.En la educación viva trabajamos de forma consciente e intencionada estas competencias fundamentales, que son clave para el desarrollo integral de la infancia. Seguimos el currículum oficial de la Generalitat, nos aseguramos que no sólo aprendan contenidos, sino que también desarrollen habilidades como la comunicación, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad, la colaboración y la autonomía

Los niños y las niñas salen de la etapa educativa con las competencias asumidas y preparados para la siguiente etapa, ya sea a nivel escolar o en la vida cotidiana. No se trata sólo de memorizar información, sino de formar a personas capaces de afrontar los retos de su entorno con confianza y habilidad.

Así pues, en la educación viva, el enfoque es integral, garantizando que desarrollen todas las competencias básicas que lo preparan para un futuro lleno de oportunidades y desafíos.

MITO 5: SIN NOTAS NO HAY RESULTADO ACADÉMICO

Aprender no es sólo sacar una nota, sino comprender lo que se aprende, integrarlo y ser capaz de aplicarlo en la vida real. En la educación viva, creemos que el verdadero éxito no se mide sólo con números, sino con la capacidad de conectar, motivarse y disfrutar del proceso de aprendizaje.

Así, en este modelo educativo, el foco está en el proceso, no sólo en el resultado. Se presta atención a las necesidades y potencialidades reales de cada infante, reconociendo que cada uno aprende a un ritmo diferente y tiene intereses particulares.

La autorregulación y la motivación intrínseca son los motores que guían el aprendizaje, fomentando que los niños se interesen por descubrir, experimentar y crecer de forma autónoma.

Es importante entender que las notas pueden medir conocimientos puntuales, pero no explican todo lo que sabe, entiende, crea y es. Su capacidad de aprender, resolver problemas y desarrollarse como persona no puede reducirse a un número.

Y eso, en definitiva, no cabe en un número.El verdadero resultado académico es que los niños y las niñas quieran aprender, que disfruten del proceso y que sepan que aprender es una aventura que les acompaña de por vida. Y eso, en definitiva, no cabe en un número.

Otra mirada es posible…

Desmontar estos mitos no es sólo defender un modelo educativo distinto: es invitar a ver a la infancia con otros ojos. A confiar en la capacidad natural de los niños y las niñas para aprender cuando se sienten seguros, escuchados y motivados.
En nuestra escuela vivimos cada día ese aprendizaje vivo, profundo y significativo. Y vemos cómo, cuando la educación se construye desde el sentido y el respeto, todo lo que parece un “mito” se transforma en evidencia.

Si te ha resonado lo que has leído y quieres profundizar sobre la educación viva te animamos a ver las formaciones sobre esta pedagogía viva y activa dirigida a familias y profesionales del mundo educativo

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